miércoles, 24 de agosto de 2011

Viaje del héroe

I


En siglos
De crucificadas verdades
Tardío y marginal sobre espaldas de polvo
Resurgiendo
Gimiendo
Como una saliva seca
Como un verano frío
Y un aire sin aire
Y un rostro sin carne
Y sin líneas ni bordes ni palabras
Sólo un cúmulo de sueños quijotescos
Contando las perlas del hilo de oro del cielo
Cargando en los brazos
El único Cáliz de cera
Transformado en esta gota de hombre.



II

A Margarita. Dittborn


En la mirada límpida de tus ojos
Se esboza un laurel de pensamientos
Que entre aquel relampaguear y sus despojos
Se encienden en la certeza de los tiempos.


De lo incierto a la certidumbre de tu boca
Reflejo innato del amor huraño
Que calcina mi alma y mi cuerpo
Y nos asfixia en la sospecha y el miedo.


Como sombras nos vamos hacia esas lágrimas ajenas
Lastimando la piel del espejo
Y cargando con esas promesas vacías.


No lloréis pupila parda. No lloréis
Retened la virtud que expira
Porque sola -en este dolor mío- te hallarás.



III


Triste
Mejor dicho: herido
Como esa hoja de papel en blanco arrugada
Amargo
Mejor dicho: agosto
Como ese barco ebrio pálido
Vacío
Mejor dicho: insípido
Como esa burbuja de plomo hacia las estrellas.


En fin
Perplejo
Mejor dicho: destruido
Como ese par de ojos ciegos en el fuego
Cansado
Mejor dicho: desamparado
Como esos vagabundos mendicantes de la basura.


Esperando
Mejor dicho: contemplando
Con el brazo de cemento
Y el cuello de fierro
El carnaval de las diosas
En el día de San Valentín.



IV


El verbo fino
Rompe el cascarón de mi huevo:
Miro por vez primera
La luz del afuera
Aún desde adentro.



V


Infinitamente intocable
Como intocablemente infinito:
Así el maduro árbol de la vida.


Soy mezcla finita del infinito
Soy los labios de una tierra herida
Por el pecado del intocable infinito.




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