miércoles, 24 de agosto de 2011

Tardes de Proesía

Tarde 1



Esta tarde me invade la congoja
Del buen ciudadano optimista
No hay lugar para él en el mundo
Como tampoco para el resto de las aves.

Los sueños son sueños
Mientras los depredadores anden sueltos
Con la camisa perfumada
Y la mirada rebosante de hipocresía.

Esta tarde me invade la congoja
Por saberme vacío por el vacío
Escrito en la cara de los transeúntes
Mi sueño duele porque parece imposible.



Tarde 2


Cuando las palabras ya no tan amadas
Descienden por mis manos como letras perdidas
Y afuera el sol es apagado por el humo de las industrias
Yo me entierro la cabeza entre las piernas
Con ganas de cortarme en trozos
Junto a la mirada de los perros
Atentos a la comida posible del eterno amo.

Cuando los pensamientos ya no tan amados
Ascienden por mis cabellos como estática lumínica
Y afuera es noche y la luna se esconde por miedo
A los deseos incumplidos de todos los hombres lobos
Yo me escondo detrás de la ventana blanca de mi casa antigua
Y me diluyo en lágrimas cortantes
Como si fuese los recuerdos
Que vienen a la habitación sin haber sido invitados.


Entonces las palabras
Los pensamientos
Y yo
Nos disolvemos
En el silencio
De la hoja llena de vacío.



Tarde 4



Anochece. Me diluyo
En la trama del universo
Los pájaros cantan en lo alto de las ramas
Los niños juegan con sus nanas peruanas
Dejando una estela de nostalgia y mugidos
En esos corazoncitos francos y solitarios.

Me diluyo en la trama del universo
Ojalá pudiera recordar toda la historia
Tal como fue
Mas sólo registro “el viento rozándome la cara”
Sólo registro “el viento rozándome la cara”.

Tal vez me diluya también mañana
En ese banco sucio con mierda de palomas.




Tarde 5



Nuevamente Dios y Hombre se confunden
Como el niño y su amigo imaginario
Conversando –tendidos- en el patio trasero
(La herida es tan profunda.)

El silencio es un lenguaje que me supera
Por eso me refugio en estas virtualidades
Que van a dar en los estantes de las bibliotecas
Como si fueran hombres y dioses descansando.

Los muertos parecen más vivos
A los pies de la cama de los recién casados
Quizás la lluvia tenga algo que decirnos
O tal vez yo esté loco
Y todo se desploma y se desploma sin entender el porqué.

Quiero huir del pueblo y de las opiniones tendenciosas
Ir donde pueda darme un trompo y recoger
Las manzanas recién caídas del árbol del conocimiento
No sé tal vez esté loco
Y las manzanas caen de abajo hacia arriba
Y por eso los dioses y los hombres tanto se confunden.



Tarde 13

A Isolé Alay



Mis manos en tu cuerpo silencioso
Tu cuerpo silencioso en mi lengua encendida
Mi lengua encendida en tu boca húmeda
Tu boca húmeda en mi cuello frágil
Mi cuello frágil en tus manos suaves
Tus manos suaves en mi cuerpo silencioso.



Tarde 14



Dos cuerpos desnudos se encuentran en una habitación
En el día del sexo se encuentran dos cuerpos desnudos
El la besa y ella lo besa ¡tan deseosos de placer!
El la acaricia con la punta de la lengua
Mientras Ella es la piel acariciada por esa lengua
Ella lo desea como a un jardín lleno de muchachos
El la devora como las olas del mar a sus costas
Ambos gozan ¡gozan de gritarse amantes libres!

Dos cuerpos desnudos se encuentran en una habitación
Se olvidan de las opiniones ajenas… de los siglos de prejuicios
De la iglesia santa y de los políticos y de los ajenos moralistas
Sólo disfrutan del placer natural ¡disfrutan llamarse Adán y Eva!
Disfrutan para no morir ¡porque saben que la vida sería una sola
Y que el tiempo pasaría como si fuese un monstruo al acecho!



Tarde 15

El sueño de un hombre misterioso
Es tomarte de la mano y llevarte
Con lentas caricias
A la cima de una montaña.

Y vivir juntos
Desde allí
La belleza del infinito “entonces”.

Luego
Con dulces miradas
Decirte en voz baja:
“Esta soledad compartida es inmensa”.

Y sentir juntos
Desde allí
Las manos del viento, acariciándonos.

En ese instante
Con tus manos
Mis caricias
Y el viento
Escribir este sueño
Sobre ese lejano horizonte.




Tarde 17



Las nubes
Como negros caballos pisan la tierra
Mojándola con agua del universo mudo
Mientras tanto un hombre solo en una casa sola
De frente al computador con la pantalla en blanco
Escribe que la poesía es soledad sin salida y destierro
Algo muy reducido como un pueblo peligroso y muy bello.

Ya pasaron los negros caballos con la frente en alto
Se fueron a pastar en otras tierras con otras soledades
Mientras tanto una perrita vagabunda duerme sola
Encima de un trapo viejo con el alma en frío
Después de haberse comido un pedazo de aire.

Ahora aparece un cuarto de luna en el cielo
Como un queso rico y tierno
Entonces me palpo y me disuelvo
Con el alma cosida a las nubes.







Tarde 18



La sordera de las piedras ante el canto solitario
De la poesía en llanto, es una propaganda cruel
Del mundo fácil a la juventud lastimada
¡Dios quiera que mañana las palabras renazcan
Cual un ave fénix de las cenizas de un poeta frío!

En tanto, hoy vacilamos entre las palabras que nos pertenecen
-Que están allí desde el principio-
Y las otras, aprendidas en los libros o en los colegios
¡Dios quiera que mañana las palabras renazcan
Cual un ave fénix de las cenizas de un poeta frío!

Llegará el día el instante el minuto
En que nuevamente nos encontremos con las palabras
Inseparables de nuestro ser en ése día
Sentiremos que nos dolerá la mentira
Y más aún la verdad…
¡Dios quiera que mañana las palabras renazcan
Cual un ave fénix de las cenizas de un poeta frío!

Desde el fondo de ti mismo brotarán estas palabras
Volverán los escarabajos las serpientes
Y en el escritorio de algún solitario frío
Desayunarán las heridas del hombre necio
¡Dios quiera que mañana las palabras renazcan
Cual un ave fénix de las cenizas de un poeta frío!




Tarde 22

Dedicada a Dashi



Jesús fue tan hombre como tú eres Dios
(La contradicción está dolorosamente en la cabeza.)



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