miércoles, 24 de agosto de 2011

Oráculo del amor

Proema 10


Hay que colocarle magia a la realidad,
en vez de luchar para que se haga mágica.

Anko



La sabiduría de sonreír en la noche
Donde mis labios ganan todos tus sabores
Donde los duendes que nos devoran
Se embriagan con nuestra gota de amor
Que resplandece entre las sábanas
De tu cama hecha del azul armiño.

Las grandes inmensidades de la carne
Entre los huesos y el cansancio del sigilo
Al frente los faros a luz tenue
Y nuestras manos surtidas de las caricias
Que se agitan y se trinan como dos soles insistentes.

La palabra se mantiene dentro de la boca
Las candelas se encienden en el corazón
Y entre los altos postes de la memoria
Los pájaros canturrean la música dulce
Y los sueños se multiplican en nuestro destino.


Proema 11


Los olores guardados de nuestro bosque
La mirada desconocida de dos soledades
En los tiernos cuerpos
Con los sabores de nuestro sexo
Hollan el peso del pecado
Heredado en siglos.

Las placenteras manos de los dientes
Muerden nuestras sonrisas
Arrancan las telas del silencio
Y las hojas de las flores muertas
Renacen con nuestros suspiros.

La sed y el hambre de arañar el alma
Abrasan nuestras cansadas recámaras
Y volvemos al centro de nuestros muros
Derribamos las pálidas llanuras del frío
Del dolor invisible y de la alegría perdida.

¡Nos recobramos el aliento
Y entonces nos damos enteros
Al eterno momento presente
Que no huye nunca de su propia sombra!

Proema 12



Este proema 12 es como los discípulos solares
Que colorean los días
Con las plumas vírgenes de los astros
Es como los hermosos océanos
Que derraman las gotas de la contemplación
Como deseos que se desdoblan a sí mismos.

Y he aquí el secreto más diáfano
Dos rostros admirables
Siendo cómplices del asesinato de la soledad
Con lágrimas de alegría escurriendo de sus pupilas
Y una nota musical invisible
De amor y de candor y de sueño.

Proema 13

El amor inventa al amor.

Anko




Por un momento
Me separé de ti
Pero me acompañaste pronto
Y cuando te tendí los labios
-Los tuyos se hicieron aún más dulces en mí-.

Cerré los ojos para verte
Abrí la boca para besarte
Cerré los brazos para asirte
-Por no tenerte ahora-.

Por un momento
Me separé de ti
Y tuve que transitar solo ese instante
Para separarme de mí mismo
-Y volverme iluminado e inventarte cerca-.

Proema 14



Ayer
Enredado en tu piel dulce
Me traje algo de ti
-Como quien entra al océano
Y sale con el azul del cielo
Entre las manos-.

Proema 15

“mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos”.

Mario Benedetti



En cambio mi táctica es
Acariciarte
En esa hoja extendida
Hacia lo alto del árbol.

En cambio mi táctica es
Sentirte
En las paredes anchas
Que mis manos tocan.

En cambio mi táctica es
Olerte
En la fragancia de las flores
Que ese jardín me ofrece.

En cambio mi táctica es
Verte
En las orillas de la cama
Coqueteándome.

En cambio mi táctica es
Palparte
En las orillas del sol
En este lado del mundo.



Mi estrategia es
Entonces
Y sin lugar a dudas
Que ese día cualquiera
Sabiendo cómo
Y olvidando todos los pretextos
Por fin me ames.

Proema 16


Con estas letras
Sal de mí
Santa puta
Sal y vuelve
Que me dueles adentro
Que me hierves la sangre
Que me robas el soplo
… me tienes justo.

Sal y habla
Sal y canta
… me tienes bello.

Sal y grita
Sal y calla
… me tienes bueno.

Sal y ama
Que este placer es tu parto.


Proema 17



Hoy
Este día fue una inmensa explosión
Todavía sigues aquí
Y tu desnudo cuerpo
Aún está descansado sobre mi cama.

Hoy
Este día fue una mano hecha deseo
Un tendido regocijo en este jardín de sudores
Hemos florecido como dos cálices de leones.

Sí hoy soy menos y más dulzura
Es porque me levanté contigo
Y cuerpo a cuerpo nos adherimos
Con el agua y la sangre entre las manos
Y repartimos el pan y el vino
Asesinándonos hiriéndonos y calmándonos
Con las flechas de nuestro fuego
Con los mordiscos los soplidos y la succión de nuestros labios
Nos matamos y reaparecimos a la vida
Tocándonos la inflamada boca
Con la yema de nuestros dedos de pluma
Acariciándonos nuestros piadosos cuellos
Nuestras húmedas espaldas y nuestros afanosos brazos.

Te arañé el alma con mis uñas de acero entonces y
Con tus uñas de plata me apañaste la mía.

Hoy fuimos el futuro escrito en las murallas de nuestros gemidos.

Hoy fuimos el crepúsculo y el ocaso dormidos sobre las sábanas.

Hoy te amé… y también me amaste
Fuimos dos tigres en perfecta sincronización
Descendimos y ascendimos grandes montañas
Conocimos el infinito y fuimos la mismísima belleza
… hoy dejamos de existir para sí mismos
Y fuimos el lenguaje de la risa.




Proema 18


Apenas te marchaste
Ya te deseaba tan cerca
¿Acaso al separarme de ti
Me olvidé en tus manos
En tus labios y en tu corazón?

Tendí las sábanas
Y me apareció tu aroma
Escondido entre los pliegues
De este bisoño pasado...
Te olí te palpé te miré
Y te invité al amor
Nuevamente.

Ven -te dije-.
Me dijiste con tu mirada llena de júbilo… sí voy.
Te quemé entonces con mi bosque de manos
Y te me arrancaste del vacío y te me acercaste
Como una felina en celo cincelando su territorio.

El hambre nos inundó la piel de agua
Pronto nos abrazó como a dos girasoles preñados de sí mismos
Y la sed de los estanques repletos de abundancia y de esquinas
Pregonaron por todas partes la forma de nuestra alegría.



Proema 23


Con mucho respeto y cautela la barrera
Del silencio la forzaremos con el amor
Por eso el alma vendrá con nosotros
A desatarnos del yugo de la realidad cruda.

Y en esa loca carrera el temor
Derribaremos con la forma de lo indecible
No sin antes haber visitado a los demonios
Que nos habitan como imágenes y como recuerdos.

Aquella a quien mis ojos y corazón se han fijado
Ha despertado el bienestar y la inagotable pasión
De que sólo ella pueda con sus dulces euforias
Invocarme con profunda y especial interioridad.

Estar enamorado de ella me enfrenta a lo incomprensible
Porque solo su rostro tiene para mí la respuesta exclusiva
Que sacía mi mundo con la fuerza impulsora de la excitación
Y he ahí entonces la ventana que me abre al exterior y a mí mismo.



Proema 24


“Dame tu mano, vuela conmigo,
seremos soledades y cuentos compartidos”.

Alejandro Filio


Sueño con la noche desierta… tu rostro en mi cama
Y debajo de las sábanas hay estrellas y alondras
Todo y nada y tan sólo tu aroma hablándome
Recordándome tu cabeza reclinada sobre mi pecho.

La luna tibia entra por mi ventana
Y yo siento que es tu boca besándome
Tragándome como una sonrisa en tus manos
Como una melodía lasciva en tus labios.

Sueño con la noche desierta y entre su sueño modesto
Caminamos juntos los cerros del horizonte y mi silencio
Somos entonces ese sueño modesto y esa noche desierta
Y nos fugamos a la inocencia y a la picardía de nuestra gesta.

Dame tus manos aletea conmigo
Seremos lobos solitarios y barcas contiguas.



Proema 25

Mientras dura
El amor permanece definitivo y perenne
Y nadie puede amar si desconoce esa eternidad
En ese momento nos sentimos desorientados
Perdemos nuestro norte y ganamos nuestro centro.

Nos sentimos extraños porque estamos amando
Y la realidad se nos derrite como nieve al sol.

Aparece ella entonces nuestra Eva nuestra Helena
Nuestra María Magdalena nuestra Beatrice
Nuestra Isolé nuestra Dulcinea nuestra Ananka
Y tal como la luna
Nos crea formas ilusorias
Como fuente de infinito placer.

Nos ponemos en sus manos blandas e inmensas
Y he ahí el origen de nuestra propia alegría.

El amor es una emoción imposible de evadir
Y haya de quienes no han pasado por esta condición
Están como piedras muertas por dentro
Y sus corazas son tales que no sienten nada
Están eternamente mudos.

Nos sentimos desolados porque hemos sido desequilibrados
Y devueltos al contacto candoroso con nosotros mismos.

La muerte se asemeja al amor y es inaceptable de vivir
Nos arrastramos hacia el más espantoso de los espectros
Y tal como el amor la muerte nos violenta haciéndonos trepidar
En la necesidad de vivir en la soledad para dos.

Nos fascinamos irresistiblemente porque nos seducimos por la forma de ser
De moverse del otro
Por esa mirada
Por esa voz
Por esa boca
Por ese encanto
Que revelamos y sucumbimos
bellamente.

Nos descubrimos entonces a nosotros mismos porque llegamos a conocer
Nuestras sombras más íntimas
Y ahora nos miramos maravillados porque los temblores agitan nuestro ser.



Proema 31
El amor es el reencuentro
entre dos soledades.


Te amo
Pelo y sonrisa
Te amo
Labios e ironía
Te amo
Boca y solidaridad
Te amo
Objeto y sujeto.

Te amo
Carne y mirada
Te amo
Sexo y energía
Te amo
Cuerpo y alma
Te amo
Objeto y sujeto.

Te amo
Y me convierto en cuerpo
En tus manos
Y no obstante
Jamás quitaré el velo
Al misterio de ser tú misma.

Te amo
Y tocarte y acariciarte
Es conocerte y amarte
En la frescura de tu secreto
Llamado sin nombre
Entrada sin salida.

Te amo
Y te aprieto contra mi pecho
Como mi madre
Me apretaba contra sus senos
Y te descubro algo algo
Tal vez esa vulnerabilidad
De haberse enamorado
Desnudándome
En tus brazos abiertos.



Proema 34


Cuando te echo de menos
Dos por dos son cinco
Diez por cinco son treinta y tres
Treinta y tres por cero son treinta y tres segundos.

Un segundo son treinta y tres minutos
Treinta y tres minutos son treinta y tres siglos
Treinta y tres siglos es mi corazón
Y si multiplicas mi corazón por treinta y tres minutos
Podrás saber cuántos segundos te he amado.



Proema 41


No puedo estar sin tu cuerpo
Que aún tendido sobre mi cama
Desnudo como las sábanas dulces
Me disuelve como mil besos en tu piel
Y no puedo y quisiera más de ese incienso.

Cuando llegue el momento tan esperado
Nos iremos los dos nos iremos
Como dos besos locos a nuestro nido de amor.

Y allí nos morderemos la piel nos morderemos
Los ojos nos morderemos hasta las muecas
Y nuestras sombras también la morderemos
Como dos gatos en celos y preñados de pasión.

No puedo y no quiero estar sin tu cuerpo
Y aún así estoy consciente de esta encantadora ilusión
De mordernos hasta el alma y el corazón
Para no morirnos jamás.



Proema 44
Es el temor al abandono
lo que nos quita la fe en el amor.


El amor te inventa
Un espacio sagrado
Un lugar secreto
Un seno
Donde ocurre tu fe e inteligencia.

Y entonces buscas la vida
En los suaves labios de ese tú
Solamente para quedarte allí
Por siempre.

Podrías acostarte con una veintena incluso
Mas sólo su boca es tu profunda ternura.

Entonces le acosas con tus pequeñas alas
Con tu fe ciega y tu dramática situación
Y he ahí el origen de tu incertidumbre
Tu caída deja entrever el entramado velo
La pérdida del otro no era una mera posibilidad.

Y no obstante
El amor es el lugar sagrado
Para vivirse y saborearse eternos.



Proema 53


Con nostalgia te invito
A la senda de la montaña más alta
Allí donde los árboles cantan
Y los cóndores agitan sus alas.

Al recuerdo tierno te invito
Donde nos permanecimos mudos
Templándonos en la tempestad del tiempo
Allí te invito mujer hecha de ensueños.

Al canto de los Unicornios te invito
A cenar el banquete de los amantes
Y que en cada copa de buen vino
Nos repletemos como antes.

Así mujer hecha de ensueños
En la tarde del profano silencio
Ahí te invito yo al infinito
Y ahí te nombro y ahí me muero.



Proema 57



Ya sé -en realidad- ya se huele que no estás
-En realidad- ya sé que te espero animado
Y que me es triste este tu viaje tan merecido
Pero -en realidad- no puedo mentirte
Es tu lejanía mi frío de otoño.

-En realidad- rememoro los instantes que pasamos juntos
Las caricias suaves que nos dimos en ese callado verano
Sí -en realidad- con tanto cariño nos dijimos amarnos
Pero -en realidad- no puedo mentirte
Es tu lejanía mi frío de otoño.

-En realidad- hoy estoy tan solo
Solo de tu amor de tu risa y de tu tibio calor
Hoy estoy tan solo sí es realidad
Pero -en realidad- no puedo mentirte
Es tu lejanía mi frío de otoño.

-En realidad- amor
Sé que las hojas caídas no vuelven al árbol
Y hoy estoy nostálgico como una luna menguante
Pero -en realidad- no puedo mentirte
Es tu lejanía mi frío de otoño.



Proema 63
Y la muerte no tendrá dominio.

Dylan Thomas


Es el odio el que no tendrá dominio
Y las mujeres y los hombres desnudos serán uno solo
Con la mujer en el sol y el hombre en la luna.

Es el odio el que no tendrá dominio
Cuando las mujeres y los hombres suelten y retengan juntos
Tendrán entonces más estrellas y menos tristezas
Enloquecerán más y estarán menos calculadores
Y aunque hundan sus cabezas en el lodo
Volverán a erguirse… ahora enloquecidos de amor
Y aunque pierdan sus corazones en la vida
No desaparecerán jamás de la faz de la tierra.

Es el odio el que no tendrá dominio.



Proema 65


El verso más bonito del poema
más corto sólo tiene dos palabras:
¡Te Quiero!

Anónimo


Día 14 de febrero de 2007
En realidad era el 15 de febrero
Cuando se llevaba a cabo la famosa celebración Lupercaliana
Durante la cual se sacrificaban animales
Para curar la infertilidad de los malditos
Con los azotes ensangrentados de la piel de las bestias.

Sin embargo como después de Cristo todo el pasado
Fue pagano… entonces el papa Galesio
Prohibió esta hermosa celebración y el festival
El festival lupercaliano del 15 de Febrero
Saltó al 14 de Febrero, día de San Valentín
El Santo más popular de la época (494)
Y de quien se forjó la leyenda
De que era protector de los enamorados
(¿Una forma de esconder el rito antiguo de la fertilidad?).

Y henos aquí en este día
Tan lucrado por las grandes tiendas
Y si bien hoy no permitimos que nos azoten
Con tiras de animales ensangrentados
Nos permitimos sí que nos azoten
Con la correa del consumismo
Que resulta ser más rentable
Que un ritual religioso añejo y anticristiano.

Y para que este alegato no quede vacío
Te ofrezco mi amor ensangrentado (te quiero)
Con las correas de mi ser fecundo y delicado
Y así esta historia se transforme en un mito
Y nos fertilice todos los días 14 de febrero.



Proema 69


Atraco en tu playa
Como un barco ebrio de amor
Ahora tengo todo el tiempo del mundo
Para pedirte un beso una caricia y una flor.

Toco el alma de tu arena
Y te me deslizas entre las manos
Te me escurres bella y tierna
Como una odalisca ardiente y mansa.

Ahora te amo más que ayer
Y me amas más mañana que hoy
Estamos hechos de garbosos puentes
Y preparamos el viaje hacia la culminación.



Proema 70



En la vida breve y transitoria
Mis huesos se eternizan en los tuyos
Eres tan colosal como las gaviotas
Y tan niña como las mariposas en primavera.

Me regalas la belleza tendida en tu cintura
Y la verdad en tus senos altos y blandos
Me das el alimento que necesito
Cuando la noche ya no hace brillar a la luna.

Abres tu corazón y gota a gota
Caes sobre mi pecho enternecido
Eres tan exquisita como las frambuesas
Y tan sensual como la danza del día.

Me arrebatas el aliento y la vida
Llenándome en tu pozo de frutas
Y con tu rama de sombras dulces
Vas besándome el alma descalza.

Entonces de repente susurras
El río fascinante del placer contenido
Y yo entonces también balbuceo
La tibieza de esa nuestra canción.




Proema 75


¿De qué se trata…?
De removernos en una consciencia vacía
Como temblores secretos e impetuosos
Y poco a poco inundarnos de la alegría de la piel
Y de los órganos que sólo descansan en el estallido lacónico
Del infinito y la burbujeante humedad del amor.

¿De qué se trata…?
Del sonido más etéreo e invisible de las olas
Casi como un hechizo tan bebido por la excitación de la vida
O como la antropofagia amorosa de la reproducción del éxtasis
Que todos ansiamos tarde o temprano absorberse con temor
Pero buscar en los labios en el cuello en los pechos en el vientre
En el pubis agrietado (o voluptuoso) en las nalgas en las rodillas
En los pies en el pelo… el espejo de la fusión con el otro.



Proema 77




Esa tarde que de tus ojos luminosos
Brotaron a gorgotones lágrimas y fantasmas
De la pena y del miedo…
Yo a tu lado gemí y me morí un instante
Golpeado impotente en el espejo trizado del pasado
Y en tu cuerpo como señales de tu voz oscura.

Y allí a tu lado me quedé solitario
Y allí a tu lado me quedé solitario
De besos que me esquivaste
De abrazos que no me diste
Y de sueños que rompiste en tres segundos
Y de sueños que rompiste en tres segundos.

Esa tarde… Ananka muy amada
Esa tarde cerró el cielo sus párpados azules
Y con la nota musical del abandono
Yo me encogí de hombros malherido y triste
Por ese sentimiento tuyo… sin labios y sin ternura.

Y allí a tu lado me quedé solitario
Y allí a tu lado me quedé solitario
De besos que me esquivaste
De abrazos que no me diste
Y de sueños que rompiste en tres segundos
Y de sueños que rompiste en tres segundos.

Esa tarde sin embargo Ananka
Comprendimos que la puerta se atasca
Cuando sobre sus pasos el amor
Retrocede por el miedo a la aventura
Y por el más moderno acto de conocimiento:
La exploración más profunda de amarse mutuamente.




Proema 78

Te amo por todas las mujeres que no he conocido.

Paul Ëluard



Yo también te amo por todas las mujeres que no he conocido
Te amo por sobre todas las santas que nunca hice el amor
Por la Ximena que jamás me quiso
Por la Andrea que se escapó con otro
Por la Mariana que siempre fingió el amor
Por la María que nunca existió
Y por la Fernanda que descaradamente me engañó
Te amo y está demás decir que no es un error
Decir que “te amo” ya sin ningún temor.

Quién me deja si no tú
Acostarme en tus labios de serpiente…
Quién me sonríe si no tú
Cuando todos están llorando sus propias muertes…
Quién me alimenta si no tú
Con tu voz de plata azucarada…


Mientras el mundo baila sobre sí mismo
Y las estrellas en el firmamento
Juegan a ser las más hermosas
Y el sol allá a lo lejos
Llora la muerte de su luna
Yo te amo desde acá
En mi corazón enternecido
Y flechado por tu alma lunar.



Proema 80
Se vieron una vez, se enamoraron para siempre.

HSIEH T'IAO



“Para siempre” es una promesa tan bella
Como una crisálida que florece en primavera
Augusta y pura y dulce y humedecida
Por los rayos del sol astral.

Si cuando te vi por vez primera
Mi corazón palpitó cual enfermo de amor
Es porque en tus ojos espejos
Atisbé a mí mismo buscándote.

Si cuando te besé por vez primera
Mi respiración se entrecortó cual loca de amor
Es porque en tus labios rojos
Sentí la voz de mi poesía nombrándote.

Si cuando dije “te amo” por vez primera
Mi alma danzó cual bailarina de carrusel
Es porque se acababa la tristeza mía
Y comenzaba la felicidad
Ahora vestida de un mañana más sabroso.



Proema 82

A ti, a quien descubriré en este
mi camino largo y de estrecha mirada.



En esta hora de profundo abandono
En que las paredes del cuarto solo
Acogen al niño azul y encantado
Sin ninguna nota musical en el bolsillo.

En esta hora de profundo desabrigo
En que la cama solitaria del cuarto solo
Acuesta al niño azul y diamantino
Sin ninguna letra escarlata en las manos.

En esta hora de profundo aislamiento
En que el mudo cielo del cuarto solo
Escucha los lamentos del niño azul
Sin ninguna rosa roja en el pecho.

Sí y en esta hora de profundo alejamiento
En que el desolado mundo del cuarto solo
Descuartiza el cansado corazón del niño azul
Aun así y aun así el grito del amor reanima
Porque en esta hora de profundo silencio
Es que el niño azul se da cuenta
De que no tendrá grandes tesoros en el banco
Ni imperios de blancos chocolates
Y menos una gran familia complacida
Mas sí alguien que lo enaltece y lo cobija
Una niña también azul y encantada.

(Eres tú…
Tú bien sabes
Setenta veces siete
Tu nombre:
Ananka)



Proema 85


Hoy estoy alegre como un pájaro recién suelto
Mi tristeza se ha marchado junto al río
Mi voz anda en búsqueda de poemas invisibles
Y hurgo la casa del silencio en esta noche llena de ti.

Hoy tras el incesante sondeo de la competencia maldita
Atravesaste mi alma con tu mirada de serpiente eléctrica
Y me qué enrollado en tu corta cabellera castaña
Como una ola de fuego en la tarde de San Antonio.

Caminaste junto a mí por las atestadas calles de Santiago
Y como cualquier persona míreme en los espejos
Y no hallé amigos más que tu acicalada voz hablándome
Y amándome en cada instante de dorado sol quemándonos la espalda.

De las manos entonces nos íbamos soñándonos el hogar amoroso
Pues ¿por qué tendría que ser imposible vivir el mañana
Y no coger de nuestro jardín el fruto que nos hiciera eternos amantes?
(Aunque me duele en el alma el gesto ancho de este escenario patético.)

No obstante allí estabas tú y estaba yo ahí…
Codeándonos con la vida y sus circunstancias atrevidas
Allí estabas tú… acompañándome en la lucha por la sobrevivencia
En esta miseria humana aún no cicatrizada por la culpa original.

Hoy todos los dioses están dormidos… están tristes
Se sienten culpables de tamaño experimento fallido
Necesarios tal vez… y al fin y al cabo sólo mitos
Desvanecidos en los labios de sus hijos e hijas rebeldes.

Mas aun así allí estabas tú… más hermosa que Hera
Que María e incluso que Venus la de los besos suaves
Estabas allí… junto a mí… acariciándome la irónica angustia
Alentándome la silenciosa consternación y la altiva dignidad de mi corazón.

Brindo por ti… por este buen vino que colma mi copa impertinente
Brindo por todos los que batallan sin morirse en el intento y que aún así
Desenganchan tiernas sonrisas de sus cansados rostros
Y no permiten que la sombra de la vileza destruya sus afables visiones.



Proema 91


El amor no basta para explicar el amor
Ningún adjetivo recogido precisa su magia
Aunque nombres con la fuerza de tu razón
Él se mantiene intacto más allá del nombramiento.

El amor es y no es
Escapa a toda definición racional
Es un círculo que rodea al ser
Y es el ser que circunda la no existencia.

Tiene los labios de oro
Y también de hierro
… la sonrisa de fresa
Y también de hilo encebado.

El amor es ciencia y poesía
No es tus lágrimas ni mis dolores
Es algo que se resiste a ser hueco
Como se resiste el mañana a ser decepción.



Proema 92


Toda la vasta noche obramos nuestro amor
Y el fatuo tiempo giraba presumidamente
Algo solemne algo irónico y atestado de muerte
Mas nuestro impenetrable mundo amoroso
Caminó erguido hacia el mañana como el brillante sol.

Y cada uno de nosotros refulgentes y alados
Ansiamos el corazón del mundo desde el nuestro
Anhelamos los venideros días del silencio alegre
Añoramos la escrupulosa belleza de la amistad.

Y así fuimos rodando en las blancas sábanas
Como dos delicados unicornios azules
Festejando la gracia de apoyarnos la cabeza
Sobre la profunda piel llamada fuego.

Toda la vasta noche obramos nuestro amor
Y ya cuando el último estertor aflojó nuestra pasión
Y el último beso del día selló nuestras miradas
Entonces por fin conocimos la tibieza de lo perpetuo.





Proema 96
¿Qué se ama cuando se ama?

Gonzalo Rojas

Si la vida es amor, bendita sea!
Quiero más vida para amar!

Delmira Agustini



Estoy condenado a ésa única que me diste en el paraíso?
Estoy condenado porque estoy condenado a este arte amatorio?
Yo te ofrezco mil besos y mil caricias ay mujer actual…
Por qué retoñarse en el pasado cuando ésa única camina hoy a tu izquierda?

En verdad yo amo cuando amo sin preguntarme qué amo cuando amo…
En verdad yo busco cuando busco sin preguntarme qué busco cuando busco…
En verdad yo creo que el amor no es amor cuando pregúntome qué es el amor…
En verdad yo creo que Dios es mala suerte hecha hermosura y eternidad.

Si estoy condenado a amarte es porque soy el amor
Y me muero sin ti cada día franca mujer
Me muero y vago por las calles con rostro de pueblo
Buscándote atribulado sin el otro círculo que me empalme.



Proema 97

08 de marzo, 2007
(Día de la Mujer)


Mujer
Como en la fuente placentera
Del infinito en tus ojos
Tu amor llena y calma
Y así es tu misión tan sensible.

Mujer
De mansos labios y suave vientre
Eres como lluvia de lágrimas
Y nos recuerdas que el mundo
Está maduro gracias a tu alma entrañable.

Mujer
Tu cuerpo es un nido de plata
Y desde allí toda la humanidad sueña
Con la alegría y la esperanza
De retornar a la vida sincera.

Mujer
Como gota de rocío azulada
Vas acariciando la brava costa
Del mar con tu profunda mirada
Y eres tan inmensa que estás hecha de olas.

Mujer
De tus dos manzanas de miel
La insaciable especie adanieva
Alimenta su sed de amor
Y reposa cual abeja satisfecha.

Mujer
Tienes en tu vasta cintura
Todos los poemas jamás escritos
Y están hechos de ti misma
Por eso eres tan deslumbrante como las flores.

Mujer
Tu belleza ES de este mundo
Y este mundo ES tu brillante sonrisa
… que cuando aprendemos a reírnos
Todo el universo es una sola MUJER.



Proema 102


En esta etapa de la coqueta duración
El amor ya ha escalado las altas montañas
Y ya ha esparcido el perfume que lo enaltece
Sobre las altivas frentes de los hombres.

Y ese amor nos apunta con el dedo
Señalándonos el trayecto hacia dónde ir
Mientras en este aquí y ahora
Vamos reconociéndonos a cada instante.

Entonces las rotas piedras nos saludan
Y las sucias paredes nos muestran contentas
Que debajo de sus secas panzas
Hay miles de corazones invisibles.

Así es el amor… tan bello y penetrante
Nos emboba con su labia en las noches
Y en el día embellece toda nuestra tristeza
Así es el amor… tan suave y nutritivo.



Proema 104



En cada pliegue de tu perfumada piel
Irreverentes diablillos espolean el fuego
Que beberé con mis frescos ojos
Mis frescas manos y mi fresco sexo.

Y en la penumbra de la lozana noche
Ya en tus vencidos senos de tanto besarte
Tu sonriente vulva me cuenta las estrellas
De mi claro cielo lascivo y levantado.

Y tú me dices al excitado oído
Que te desnude la delicada mirada
Con mi descolgada lengua de almíbar
Para que tu hambrienta alma se enardezca.

Soy tu desenfrenado corcel moreno
Que explora tu acicalada cintura
Y en tu rubicundo vientre húmedo
Yo me entrego con euforia y frenesí.

Eres mi embriagada gacela morena
Que explora mi desnuda espalda
Y en mi airoso pecho mojado
Tú te entregas con deleite y alborozo.

Entonces nos quedamos ahí casi moribundos
De tanto inmóvil placer casi moribundos
De tanto inimitable amor casi moribundos
Satisfechos y eternos como dos blancas llamas.



Proema 110


Mujer no seas tan vanidosa
El mundo no está amueblado por tus ojos.

Si quieres quitarme el pan el aire y tu risa
Hazlo si quieres
Pero jamás se te ocurra quitarme tu desnudez.

Al parecer las estrellas se pierden en tu sueño
Y es por eso que desesperadamente
Yo me busco en un cielo apagado en las noches.

Horizontal sí… la quieres
En cambio yo la deseo vertical
Como un árbol soñando el infinito.

Huidobro Neruda Guillén y Salinas
Déjenme paso (por favor)
Que este amor mío
Es la mejor poesía.



Proema 113



Cuando huimos de nuestras propias sombras
Entonces nuestras miradas son tristes águilas ciegas.

Cuando desertamos de nuestras propias lágrimas
Entonces nuestras bocas son hirsutas imágenes desvanecidas.

Cuando abandonamos los hermosos valles de nuestras propias estaciones
Entonces nuestras manos son desérticos pozos inmundos.

Cuando de todo huimos desertamos y abandonamos
Entonces somos ridículos caminos de carne y de hueso exiliados
Entre las espinas de un Castillo sin hermosura por sus ventanas.

El amor dobla los deseos del horizonte perdido
Nos reconcilia con nuestra auténtica patria
Y por todos los rincones el vencido vence.



Proema 118

En Le Louvre



Ninguna tristeza es más grande que mi amor
Y ese día 20 de marzo cuando volví a verte
Cuando sentí en las entrañas el calor de tus besos
Yo me creí el hombre más bello y amado del mundo.

Allí en Le Louvre pasamos toda la amorosa noche
Hasta que el sol nos despertara como un altivo gallo
Y nos recordara el inefable movimiento del péndulo
Y de las asiduas obligaciones del nuevo día forastero.

Pero en el transcurso de nuestro tiempo sin tiempo
Nos invitamos a un festín de miradas y caricias
Nos desafiamos a querernos de la cintura a la cabeza
Y a quedarnos en ese tierno deleite como una flor lacrada.

Fuimos dos lirios… cortados del grano de los sueños
Y en el verano de la oscura pieza dimos sorbos infinitos
De nuestros desnudos cuerpos y de nuestras mansas almas
(Nos derribamos los egos y nos hundimos en la desnudez del silencio.)

Allí en Le Louvre pasamos toda la amorosa noche
Hasta que el sol nos despertara como un altivo gallo
Y nos recordara el inefable movimiento del péndulo
Y de las asiduas obligaciones del nuevo día forastero.

Y aquí termina esta madeja de vívida historia
Con la fragancia aún nítida de tu tercer ojo
Con la humedad aún tersa de mi entrecejo
Con la campanada aún trémula del amor evocado.




Proema 119



Esta noche el vasto mundo me consume
En el rincón donde mis ojos te recuerdan
Donde tu belleza incendia la vasta muerte
En que otrora mi corazón hojeaba el destino.

Eres colosal como el vasto fuego derretido
Tan primorosa como la vasta agua que bebe el ocaso
Eres la hoja del trigo en la vasta boca de los dioses
Tan loca como la vasta esperanza delirante.

A veces cuando el vasto dolor desespera y padezco
En el otoño el canto silencioso de las vastas estrellas
Entonces tu vasta voz me recorre con caricias sublimes
Eres tan musical como la vasta sinfonía del horizonte.

En esta vasta alegría la lluvia se disfraza de flores
Y como una luna creciente toca el vasto infinito
Entonces todo tu vasto amor cae sobre mi vasto pecho
Y en esta vasta gramática se camufla mi vasta ternura.

Tan vasta eres que me vacío del daño milenario
Y corro tras los pasos del vasto hombre solidario
Que calla y ama tu vasto rostro imperecedero…
Eterno como esta mismísima vastedad insoslayable.



Proema 123




Cuando Santiago quiso destruirnos con sus envidiosos tentáculos
Cuando quiso herirnos conteniéndonos en su tiránico regazo
Cuando deseó aplastarnos allí en Avenida Providencia
La esperanza que nos habitaba alzó su voz de bella mariposa
Y nos invitó a recordar que el amor es una chispa en el alma.


Proema 130


Me gustaría PENEtrarte en las entrañas del alma
Y cual ruiseñor moderno
Socavar tus cimientos de Princesa caprichosa.

Me gustaría PENEtrarte en el invisible de la mirada
Y cual don Juan (el postmoderno)
No “estar ni ahí” con tus lamentos.

Me gustaría PENEtrarte en la sonrisa de la piel
Y cual Romeo (el antiguo)
Decirte hacia tu balcón: “eres mi aire… te quiero”.

Me gustaría PENEtrarte en los oídos de las manos
Y cual Jesús Cristo (el amante)
Salvarte de las piedras y de los cerdos.

Me gustaría PENEtrarte en las puertas del cielo
Y cual Judas (el traidor)
Traicionarte tres veces para ver si eres real.



Proema 131


La calle de tu boca
Tiene la mirada de los niños:
Tan inocente como el infinito.

La montaña de tus manos
Tiene la sonrisa de los cielos:
Tan dichosa como las flores.

La ciudad de tu piel
Tiene las luces encendidas:
Tan paradisíaca como el infierno.

La canción de tus ojos
Tiene la nostalgia del hombre:
Tan endiosado como los poetas.

La poesía de tu alma
Tiene los párpados de cobre:
Tan eléctrica como tus besos.


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