miércoles, 24 de agosto de 2011

A mitad del Silencio

La canción del silencio



Dedicado a Cleo del Nilo




El encantador ha vivido siempre en tu corazón
Como un loto hermoso, silencioso y sabio:
Ayer mientras lavabas los platos me recordó
La canción del alma y del silencio.

Eso me quitó verdaderamente la respiración.
Porque se detuvo el reloj en esa rutina abstraída
Por ese desde adentro, eternizado en la memoria
Y en mis ojos, ya contentos con el peso del mundo.

Me quedé mudo. Me volví espectador y no soñé
Las flores aplaudiéndome en mi futura ventana.
Pues, el aquí y ahora, era mi amanecida madrugada
Mi canto profano y sagrado. Mi invitado al sol.

Ese día –es verdad- mi día ya no fue el mismo:
Te encontré allí, tan virtual, tan real y a su vez
Reconocí tu idioma adormecido en las infinitas letras
De los maestros de la verdad natural e inocente.

¿Qué la vida es un juego y qué el juego es la vida?
Los niños juegan con la verdad entre los dedos
Y se encantan con los juguetes del ilimitado universo
No buscan saber más que el mundo, sólo acontecen y son.

Fuimos hechos para el mundo y bailamos al ritmo
Alterado, como una moneda sin sello o sin cara.
“Mira lo que no has visto antes”, dijo un poeta.
Las serpientes también se cambian de ropa, ya viejas.

Es hora del ocaso. De sentarse a contemplar simplemente:
La llegada de las buenas noticias que suceden en el alma.
Una mariposa se ríe. Una semilla fecunda la tierra. ¡Fuego!
El amor toma asiento en el pecho de los enamorados.


Creación muerte


En la tela del Pintor
Un simulacro de muerte.

Una copa llena
Sobre la mesa
Una hoja en blanco
Tinta roja fresca
Un revolver y una bala.

En el piso
Sentado –meditando-
El fondo de un humano.

En la mente del Lector
Un doble asesinato.

Sin boca y sin eco
El Pintor y el Espectador
Se atraen y se pegan un tiro.


Decreto de la Sombra Inefable


No te expreso
Pero estás tan presente aquí
Como el aire en la garganta del vacío
Y, aunque no estés silbando,
Me estás expresando, ahora.



Detrás del escenario


Me sé solo
Rodeado de un mundo de extraños
De ajenos y de prójimos.
Y, en este amargo aislamiento,
Me sé también frágil
Como un niño
Sin madre
Ni fundamento.

Soy viajero
Medio tímido medio arrojado.
Me alzo,
Cuando te callas;
Me callo,
Cuando te alzas.

Existo,
Cuando resistes hablar;
Soy,
Cuando resistes silenciar.

Me sé solo
Como un mundo lleno de extraños
De ajenos y de prójimos.
Sin embargo
En este nuevo tragicómico escenario
No sé quién soy:
Como el sabio
En las calles,
Hijo del hambre
Y del silencio.

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