Father, para ti.
I
En la rama del ciprés
Canta un colibrí.
En ese instante
El silencio del mundo
Es su canto.
II
Dos colibríes bailan
En el aire:
¿Estarán conversando
Sobre la muerte?
III
El pino agita sus hojas
Y el aire le invita a danzar
La música del amor.
IV
¡Tanta quietud!
¡Tanta paz!
Y el filósofo “allí”:
Construyendo otros mundos.
V
Cielo azul:
Hoy pude ver a los Siete arcoiris
Tramando el juego final.
VI
Se mueve las hojas
De los árboles:
¡No viviríamos sin el alma
En la naturaleza!
VII
El pino se balancea alegre.
Y me invade la angustia
De inventarlo todo
Pero me callo.
VIII
De reojo me observa
Una hormiga obrera:
- ¿Eres mi amigo?
IX
Cae la lluvia
Suave
Como temiendo herir
El verde de la tierra.
X
Una espesa neblina
Amorosa
Empaña la ventana
Que da salida
Al universo.
La luz del sol
Comienza a hervir
La gota fría
Sobre los tejados
Antiguos
De la tierra.
XII
Un hombre y sus latitas usadas
Cruzan el sendero
Hacia la muerte.
(Y pensar que sus latitas viejas
Vivirán más que su cuerpo).
XIII
El cabello plateado de las estrellas
Indica el camino hacia el arte.
XIV
En la perspectiva de un solo
Punto
Confluye todo el secreto
Del invisible.
XV
Mientras escucho el canto
Alegrísimo de un colibrí,
Es inevitable que me sienta
Alegre y me transforme en pájaro.
La oruga se despierta.
Son las siete de la mañana:
En el cielo,
Cruza una paloma blanca.
¡Es hora de morir!
XVII
Sobre el tejado cae fina la lluvia
Como hundiendo su pecho suave
En la cabeza triste y solitaria
De una niña que llora enmudecida.
XVIII
Desnudo,
El niño pino se baña
Con el rocío de la lluvia.
Canta el verso desconocido
Que ruge el universo:
AUM AUM AUM.
XIX
Ella acomoda las máscaras
En sus manos,
Roídas por el jabón y el cloro.
Ella plancha, sinuosamente,
El paso del tiempo en su piel.
XX
Dos palomas coqueteándose,
Mientras un viejo hiere
A un perro vagabundo
En el corazón.
XXI
Sin luz, la vida es ciega.
XXII
En el entretecho,
Las palomas inventan ciudades
Inmensas.
XXIII
El amor
Es una flor
Nacido en el lodo.
XXIV
Brinca el colibrí
De rama en rama,
Mientras del cielo
Cae el llanto
De las estrellas ciegas.
XXV
¿Por qué, a veces,
Quiero ser un colibrí?
XXVI
Esta inquietud por saltar al abismo…
XXVII
A veces, me transformo en cuervo
Y me alejo, irascible,
Del cosmos.
Fui hoy y debo regresar mañana.
Si llego ayer
Entonces el colibrí
No muere.
XXIX
La sabiduría
Es un beso de la vida.
XXX
Alguien se esconde detrás
De la inocencia:
¿Serán los dones pasados
O los todavía ahora?
XXXI
En el lomo
De una hoja seca
Una mariposa
Sueña con ser hoja.
XXXII
Llega la primavera.
Las mujeres
Son verano.
XXXIII
El rezongón amargo
Cruza las calles
Con el alma cortada
Y el corazón herido.
XXXIV
Cada pétalo
del jardín
Es un corazón
En el cielo.
XXXV
Al amanecer, dijo el Hombre:
- Dejaré mis libros e iré a recorrer
la vida en la vida.
XXXVI
Logofilia:
O la dicha de conversar.
XXXVII
Cae fina la lluvia
Sobre la fosa de mi alma.
XXXVIII
Entre las bestias y los dioses:
Hay un niño jugando
A los dados.
XXXIX
Me embarga el tedio
De sentirme muerte.
XL
Busco en otros desiertos
La flor que pudiese
besarme
Sin temor.
XLI
¿Para qué llevo en el corazón
El secreto del amor?
XLII
Árbol,
Eres una bailarina desnuda.
XLIII
¡Ay, con violencia jamás
Comprenderemos el misterio
En los velos de la naturaleza!
XLIV
El sentimiento trágico
De la vida
Es saberse crucificado entre dos
Infinitos…
(Y no ser feliz).
XLV
La ética es empatía intuitiva.
XLVI
Mientras más se pluraliza las ideas,
Menos recordamos la muerte
Hasta que naces.
XLVII
Búsqueda:
¿Tanta puede ser la necesidad
De conversar con el otro?
XLVIII
Quedas vacío
Después de dormirse
En la cantidad y el en color.
XLIX
¿Qué méritos hemos cultivado
Para aspirar a
L
Esbelto, portentoso y heroico
El árbol sueña con ser Árbol.
LI
¿Quién es ése
En el espejo?
LII
Otro cuerpo sale del cuerpo.
LIII
El miedo es un regalo del pasado
Que es preferible no aceptar.
LIV
Anochecía:
Aún estabas jugando.
LV
El tiempo dilata
La carne y
El espíritu libera
al tiempo.
LVI
Busco
Desesperadamente
Las estrellas caídas
En el fondo del mar.
LVII
Aferrarse al vacío:
He ahí la cuestión.
LVIII
No,
La dirección del silencio
es la dicha.
LIX
Hágase el silencio,
Cuando te sientas miserable.
LX
Sólo es eterno
El dolor
Común a todos.
LXI
El mundo interior se ha tornado
Un artículo
Más en el mercado.
LXII
Estamos cerca…
Y tan lejos.
¿Qué nos empuja
A la tristeza?
LXIII
Alguien está demás,
Y nos abre la puerta
Del miedo.
LXIV
Algunos poetas siembran rumores
De que todas las preguntas
No tienen respuestas
Y sólo nos quedan
Las manos para recoger
Las heridas.
LXV
Un hombre sabio
No esquiva jamás una escoba
Y no teme a la muerte.
LXVI
Un río de hombres inexorables
Nacerán al despertar de la aurora.
LXVII
El dios interno
Nos arrastra inevitablemente
-tarde o temprano-
A nacer otra vez.
LXVIII
¿Quién te empuja
A entrar afuera,
En vez de salir adentro?
Las puertas del miedo
Se cierran para tu libertad.
LXX
A veces,
Hay preguntas más grandes
Que sus respuestas.
Por ejemplo:
¿De dónde llegaste?
¿Qué harás aquí?
¿Qué eres?
LXXI
¿Para qué me ocupo tanto
De la verdad,
Si podría construir un dique
Para contener el mar?
LXXII
La muerte es el origen
De toda especulación humana
Acerca de nuestro origen, identidad y fin.
LXXIII
Con el corazón abierto,
Bebo del fuego de mis ancestros sabios.
LXXIV
Todo ser que siga a Jesús,
Muere.
El que sigue a Cristo,
vive.
LXXV
Negar a dios es una estupidez;
Afirmarlo, otra.
LXXVI
¿Por qué otro
Tiene que decirme que
No soy otro?
LXXVII
Nací para ser nadie
Porque comprobé
Que ser alguien
Es la nada misma.
LXXVIII
La cárcel del alma es nuestra lengua.
LXXIX
La verdad no tiene error:
¿Qué error tiene un pájaro,
Una flor, un beso o un niño?
LXXX
El aburguesamiento inconsciente de la vida
Nos provoca desamparo.
LXXXI
(En el espejo)
Y tú, ¿eres este cuerpo
O estás detrás de este cuerpo
O eres como este cuerpo
O solo eres y punto final?
LXXXII
El arte es una excusa
Para conocernos.
LXXXIII
Callémonos.
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